El Mirlo
LA PERSONA
Artículo 5 de 11
Cuestionamiento social, auto-cuestionamiento humano.
Generalmente nuestra forma de comprender algo es de manera fragmentaria. De hecho, denotemos que la mayoría de problemas los subdividimos en determinadas partes para poder comprender la solución que pudiera encontrarse implícita en el problema. El cerebro esta acostumbrado a ver por partes, así lo hemos educado. Hemos de tener muy en cuenta esto cuando de cuestiones psíquicas tratamos, (en la base ¿hay alguna cuestión que no lo sea?) pues para poder sacar luz de ellas, debemos aprender lo que es ver las cosas como un todo. Prestar atención a la captación de la totalidad. Desde esta amplia perspectiva, las cuestiones que aquí tratamos lo son de la humanidad, no de cada uno de nosotros por separado. Es algo unísono que compartimos los humanos, la psique humana., y sin este sentimiento-percepción de unisonidad, se hará muy difícil, sino imposible, la comprensión. Lo particular únicamente puede comprenderse de su relación con el todo, pues sin la totalidad la parte no existe.
TELE MONEGAL
"Crítica de televisión hecha desde la televisión"
por Ferran Monegal
«Tomamos la ficción como realidad».

Comunicación y cuestionamiento
Si ya se hace difícil hablar de alguien que se tiene cerca en la convivencia, sin caer en las mecánicas imágenes que creamos del otro, a las que nos acostumbramos apegándonos a ellas, (tanto agradables como de rechazo), más se complica cuando hemos de hablar de alguien que tenemos lejos en lo físico, como en lo que de él percibimos de forma muy recortada desde la distancia. Si con esto la persona en cuestión además se ha de ver encorsetada en una imagen de esquema profesional, la dificultad aumenta. Por esta razón ("de incompletitud del conocimiento"), y con la posible mayor delicada atención emergente voy a procurar expresar el ser humano Ferran Monegal que me llega, sabiendo que son tan variadas las recepciones, que seguro dejaré de mencionar muchas cosas.
El Señor Ferran Monegal articula y presenta un programa de televisión en una cadena local de la ciudad de Barcelona, BTV, (desde la misma ciudad en que esto se escribe). De forma muy sintética, el programa es precisamente la personalidad de Monegal, expresando a través de ella su captación del Mundo, (a pesar de que lo circunscribe sobre todo al llamado territorio español); su sentir de la vida, de las relaciones humanas; delatando lo antípoda a la vez que falsa es esa otra "visión" de ella que se nos muestra a través del televisor. Monegal pone sobre la mesa, en la atención del espectador, la extraordinaria diferencia que hay de ese completo y directo sentir de una vida más auténtica, equilibrada en la inteligencia, a cómo se nos muestra ella en la información que este hipnótico medio, la caja de colores, nos revela. Imagen de la vida que a la postre, no es más que una manifestación del verdadero estado psíquico de la sociedad, cosa que debemos insistir de continuo.
El Señor Monegal "muerde, acaricia, hace masajes y tritura": "licúa" aquello que denota falacia, maldad y dobles sentidos ocultos, en definitiva la irracionalidad que hacen del ser humano algo muy feo. Esto obviamente lo hace en el campo de la psique, aunque a muy pocos se les revele este hecho, mas es del comportamiento humano y de sus escalofriantes sinsentidos en lo que se centra toda la "crítica televisiva", como él denomina su emisión, (crítica que por extensión, (insistimos), se vierte en el completo campo social), que él hace precisamente a través del mismo medio, "la tele". Hemos de subrayar que esta dura e incisiva "reprimenda" del mal comportamiento que delatamos los humanos, la suaviza con su innato y contagioso sentido del humor, que por regla general te arranca de forma imprevista la carcajada. Esto tamiza de bondad el acto de ver la "mala fe", las locuras, las vehemencias sin cuerda razón, y en definitiva el caótico estado de la psique humana general que él señala, aún cuando ajustándose a ciertas etiquetas sociales que ahora pareciera una emisión televisiva deba conllevar y exigir, Monegal circunscribe su crítica exclusivamente a la forma de hacer televisión. La ventana es la "caja boba" (la TV), y el periodismo; transmitir información, y la entrevista; dar a conocer gente; son las herramientas de las que Monegal se sirve para establecer los horizontes que le permitan no desbordarse a la profundidad que requiere el cuestionamiento de cómo funciona a nivel psíquico nuestro cerebro. Monegal se limita a poner de relieve donde comienzan los brotes morbosos en nuestra mente.
Desde aquí podemos atisbar limitaciones que impiden un sondeo más profundo de los temas que Monegal y su equipo ponen en la sartén del cuestionamiento, pues tal vez una mayor profundidad entonces no la aceptaría la audiencia. Y a todas luces esto es la verdadera pena. Pues la audiencia debería sentirse impaciente por descubrir abriendo la mente. Este cuestionamiento de lo que hacemos mal, de lo "malos" que podemos llegar a ser los humanos, o de lo malos que ya somos, "indiferentes", debería ser una constante en todos los niveles de la vida cotidiana, pues es la única forma de deshacernos del autoengaño del que nos alimentamos: «tomamos la ficción como realidad» como insiste Monegal, pero esto lo hacemos en el completo movimiento psíquico, en muy variados ordenes de la vida. Todos queremos, (aunque la mayoría posiblemente sólo a un nivel personal), un mundo mejor, bueno, una vida pacífica y con sentido, creativa, tanto en lo superficial como en lo profundo, relaciones armónicas, sin embargo, aceptamos los límites de la tradición impuesta y de la jerarquía psíquica, y vivimos todo lo contrario de lo que presumimos que deseamos. El centro que siempre al final, de una manera u otra, se siente separado. Es precisamente lo que está establecido lo que constriñe la vida y nos hace crueles, pues ella es movimiento, flujo, y lo establecido es estático, no se mueve. La sensibilidad es flexible, la crueldad es dureza. Ocurre que comprender esto a fondo requiere de inteligencia, y la inteligencia es peligrosa, porque ella desecha todo lo que es falso. Cosa que parece muy incómoda al cerebro que se esfuerza en impedir que la inteligencia florezca. En TELE MONEGAL vemos la crueldad que se practica impunemente por regla general dentro del campo televisivo, pero ella proviene de lo que cultivamos los humanos en el completo campo de la vida. Así, Ferran Monegal en su programa cuestiona la irracionalidad en la que vivimos. De nuevo, quizá esto sólo se hace evidente para unos pocos.
Son muchos los matices que aquí no vamos a poder exponer de las cuestiones que el trabajo de Ferran promueven en el pensar, en la psique y en el sentir, pero sí hemos de matizar una metáfora que explica muy bien desde nuestro punto de vista cómo él siente todo el asunto. En el programa hay un personaje llamado Pepita que es un canario flauta que entra y sale de la jaula a su antojo, (está claro que va de casa al plató y del plató a casa), y, (pensamos que por desgracia), está enganchado todo el día a la tele, de la que obtiene su mayor placer, asombrarse, y en la misma medida cuestionar "histéricamente" los nefastos comportamientos humanos que en ella ve. Por un lado tenemos la jaula abierta, es una buena anotación, nunca está cerrada, tal como debe encontrase la mente. Por otro, un pájaro que en sí mismo significa libertad, como la mayoría de las aves, pero en este caso el pajarillo decide darle la espalda a la libertad a favor de examinar y delatar el comportamiento humano. Tan mal nos comportamos que hasta un frágil y delicado animalito puede venir a decírnoslo. Es verdad que a pesar de su escandalosa excitación por las contradicciones humanas, Pepita manifiesta sus quejas casi siempre enfocándolo desde el irónico chiste y la broma simpática, pero incidiendo en mostrar las "malas pulgas" de aquellos a los que apunta, aún cuando adjetivarlo de esta manera revele cierta condescendencia. Parece natural que Pepita esté histérico, se ha disociado de su gozoso flujo de vida innato, natural, para prestarle atención a un ser que vive en la asincronía, en la distorsión.
Sólo aquellos que tienen un atisbo de lo que es la inteligencia natural, tienen muy claro que el Mundo que vivimos, que en muy buena parte es resultado de por qué y cómo se mueve nuestra psique, (o mejor dicho ésta se esfuerza por encontrarse estática), son los que perciben con una insinuosa claridad que nuestra vida, el Mundo y la sociedad humana, así como la completa planetaria, biosfera y todas sus especies, podríamos estar viviendo en la auténtica gloria. Y eso sin dejar de aprender y hacer cosas nuevas. Pero démonos cuenta como este sentimiento dicho en palabras se queda menguo, si no es que desaparece. Puesto que es un sentimiento muy hondo. De esta forma, a mi parecer, poner de manifiesto algo que no funciona bien, algo que es un engaño, una maldad, por abreviarlo al expresarlo de esta manera sencilla, no es ni mucho menos hacer una crítica, es simplemente ponerlo de relieve, señalar un hecho, que es algo muy diferente. Señalar un hecho es muy diferente a criticar una acción. Entonces el cerebro y el resto de extensiones, el organismo completo, tienen la oportunidad de prestarle atención y estudiarlo para comprender "el hecho en sí mismo" en "uno mismo". Por otro lado, si uno, cualquiera, arriba a descubrir que el cerebro puede encontrarse fluyendo en el orden en el que el miedo y el dolor psicológicos desaparecen, es obvio que se da cuenta de que cualquier otro ser humano puede igualmente descubrirlo, por muy "hipnotizado" que ahora pudiera encontrarse. Mas esto implica darse cuenta de la forma en la que uno ahora está dormido, cuando en el cerebro sólo se mueve el "programa" que se ha recibido. Y esto requiere continuo cuestionamiento y percepción clara de los hechos. Ya que despertar, estar despierto, es descubrir por uno mismo el borboteante flujo de la vida sin ápice de imitación ninguna.
Foto: *El Autor y el Ojo Registrador" , 15 de Enero del año 2005.
Ferran Monegal, un hombre que sin sentirse ni más ni menos que cualquier otro hombre, (promulga el sentimiento de "ser humano" que es común a cualquiera), incluso teniendo en cuenta los condicionamientos burocráticos, estratégicos, técnicos y económicos a los que debe someter el programa TELE MONEGAL ajustándolo a determinado formato y contexto, no se ve por todo ello impedido de exponer las deliberaciones acerca de nuestros comportamientos, que revelan cuánto hemos de prestar atención a cómo nos comportamos en nuestras relaciones y en nuestro sentir. Cosa que a tenor de ver como anda el Mundo, de darnos cuenta de que sentimos como sentíamos hace cinco mil años o más, (la jerarquía psíquica está en auge desde entonces), y que las desproporciones y los problemas a diferentes niveles no menguan, pone de relieve que es precisamente de lo que hemos de aprender, de nuestro comportamiento, y por cierto que todo él surge de nuestra psique, de la psique que somos.
Hagamos la prueba y preguntémosle a la gente: ¿Usted cree que la sociedad es buena? ¿Vivimos en la bondad? ¿Quiénes son los malos? ¿Es Usted bueno? Y no nos sorprenderemos de que la mayoría coincidan en sus respuestas. Puesto que poner de relieve nuestras "desviaciones" significa encarar el espejismo de centricidad que se incuba en uno mismo, precisamente de donde surge la completa separatividad que sentimos y en la que vivimos. Y esto requiere de un auténtico y continuo cuestionamiento, relacionado con hechos y no con sueños. Para extender este despertar de la mente que apuntamos, es patente que los medios de comunicación pueden ser un buen transmisor para desarrollarlo, pero siempre en último término la responsabilidad de que ocurra es de uno mismo, de cada ser humano. Ya que si no ocurre en su interior, es imposible que ocurra socialmente.
De momento por lo que parece, en muchos kilómetros a la redonda, y quizá más allá de los mares, TELE MONEGAL es el único programa, (hasta donde el que escribe conoce), en el que se pone de relevancia y se cuestiona, aunque sólo sea hasta cierto punto, para que podamos darnos cuenta y así comprenderla y trascenderla, la crueldad y la maldad que cultivamos, que no son más que irracionalidad e ignorancia. «Tomamos la ficción como realidad», pero esa ficción proviene del espejismo de centricidad que el cerebro proyecta a partir de los contenidos del cúmulo psíquico, del que el ser humano nos adolecemos de la experiencia de ser un ego-céntrico, potente sensación de "yo" que tomándola como verdadera abre todo el campo de ilusión en el que vivimos.
Imagen: Fotograma de la secuencia "Rain Champagne" del film TOMMY de Kent Russell basado en la obra de Pete Townshend de The WHO. La exquisita Ann-Margret cantando "Champagne" en una de las más memorables escenas de la película, cambiando compulsivamente canales televisivos.
RICO PAR (4/2/09 - 14/2/09)
 
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«TOMAMOS LA FICCIÓN
COMO REALIDAD»
Otra visión del programa:
Crítica televisiva
desde la tele. ¿SLQH? No,
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