El Mirlo
MEMORIA
Artículo 2 de 9
Metafísica, ¿de la mente?
¿Inquietud cosmológica?
Este texto proviene de una respuesta registrada por el que ahora escribe en el BLOG KOMODOENSIS.wordpress.com en el que se plantea la Diferencia entre cosmología y cosmogonía. Surgen inevitablemente las cuestiones de la filosofía y la religión. Aunque más bien pareciera una cuestión de METAFÍSICA.

Hola amigos:
No entiendo la entrada "EXTRAÑA", pero así es la creación, un extraño misterio.
No siento que esté mal redactado. Por estar escrito "a pelo", tal como utilizamos el lenguaje en el diálogo, lo encuentro muy claro y bien definido. Revelador y conciso. Y comparto ese punto de vista o sentimiento de lo vital que en el texto se explica. Pero quisiera decir algo si os apetece, aunque he de reconocer que yo sí me tomaré algún tiempo para procurar transmitirlo con la misma claridad que hay en vuestras entradas, pero puliendo el texto, lo que lo hará quizás menos espontáneo de como Matías lo ha escrito.
Matías: el hombre se asombra.
RICO PAR: Y hay dos formas de asombro:
- Una basada en el miedo, que proviene de sentirse separado de esa inmensidad creacional que es el universo. Sentimiento que subyace en el ego-céntrico y es del que surge el miedo, la superstición y el mito. Separación que es en lo que el ego-céntrico se encuentra atrapado, pues él mismo es un estado separativo, exclusivo, y desde ahí su asombro es miedo.
- Y otra forma de asombro: al sentir la unicidad que existe entre todas las cosas y seres, y experimentarlo como un único movimiento sin separación ninguna, percibiendo la desbordante inteligencia que discurre en la infinita creacionalidad que somos el completo universo en el momento vivo, sin centrismo ninguno. Una percepción en la que la centricidad psicológica ha sido abolida.
Matías: el hombre está imposibilitado a saber su origen.
RICO PAR: Imposibilitado "a saber", porque el conocimiento tiene una limitación: es infinito, y el cerebro no puede contener el infinito, pues en sí mismo el cerebro es finito en su capacidad de contener. Pero el cerebro sí puede "sintonizar", sentir, más allá de la "sapiencia", del conocimiento, la interrelación multidimensional que es el completo universo, sin separación ninguna. Y ahí está el origen. ¡Éste es el auténtico sentido metafísico que requerimos los humanos!
Matías: La muerte. Ésta es la fuente de su necesidad metafísica.
RICO PAR: Comprender la onda nacimiento-culminación-muerte de todas las cosas y seres. Desde la centricidad psicológica, esto jamás puede comprenderse. Es el cerebro que no incuba un centro psicológico, el que puede sintonizar con el significado de la interrelación metafísica del ser humano y el completo universo palpitante. El profundo significado creacional en el que no hay centro alguno. Comprender claramente entonces la onda creación-destrucción sin desprender miedo de ella, y "exaltarse" por el auténtico sentido, que es "estar siendo hecho en el ahora al tiempo que cambiando", donde no hay tiempo y se capta la belleza del inseparable par vida-muerte. A fin de cuentas, ambas cosas son una sola, ser humano y universo, se hace obvio que lo que las convierte en dos separadas, es el espejismo de centricidad que cultivamos.
Matías: El hombre es un "animal metafísico".
RICO PAR:
¡Y qué fascinante belleza hay en ello!
Matías: … desde la más tierna infancia.
RICO PAR: Ciertamente. El cúmulo psíquico se va inoculando a medida que el cerebro va configurándose, al mismo tiempo y en unisonidad con las sinapsis que se van construyendo conectando la red multidimensional de células cerebrales que se está formando. De ahí la potente sensación de realidad que se desprenden de todos esos programas emulsionados desde la tierna infancia cuando uno es adulto. Pero la duda y el descubrimiento pueden llevarnos más allá de esas fijas acumulaciones.
Matías: Creer es más sencillo que reflexionar.
RICO PAR: Sin embargo reflexionar es el auténtico flujo de la vida, y creer es vivir en el miedo.
Matías: Filosofía y religión. Hay entre ambas posiciones una hostilidad permanente.
RICO PAR: Bueno… ¿hostilidad? La filosofía procura su explicación desde la concordancia de "lo sentido" con la verdad. Y la religión lo explica de "lo sentido" a través de lo que la creencia proyecta. La verdad es constatable y común a cualquiera. La creencia es mito e invención, no se puede constatar, y sus contenidos, lo que la creencia proyecta, no son comunes a cualquiera. Sin intención de descalificar a nadie, diría que la religión, tal como es ahora, un estamento organizador de masas, es un fraude. Es cierto que existe el estado religioso de la mente, que ocurre cuando el cerebro se mueve en la filosofía, que es la búsqueda y sintonización de y con la verdad. Entonces, el cerebro sintonizando con la verdad, ve el mito y la creencia como una emulsión de la que el cerebro se ha de liberar, cosa que nunca podrá hacer si lo que siente entre ambas cosas es hostilidad, puesto que entre la verdad y lo irreal que es la creencia, su única relación es que no tienen relación ninguna. La creencia siente hostilidad a la verdad, pero la verdad "se conduele" del temor que la creencia conlleva. En la verdad no hay temor alguno.
KS3: Ver las estrellas cambia tu forma de pensar, pero cuidado en irte por el camino equivocado.
RICO PAR: Me parece que sería bueno que desarrollaras este tema, RS3, pues a mí se me despiertan tintineos y candilejas con esto que dices. Por otro lado, no hemos de dejar de mirar nunca las estrellas, ¿verdad?
Me adhiero a lo que dice Matías, no pretendo ser dogmático. Aunque suene afirmativo lo que digo, es más bien todo ello una propuesta, y os lo pido y lo preciso, corregidme si no estoy en lo cierto.
Que tengáis un buen día. Y no sólo eso, una vida buena.

P.D. Decir que este texto, y un vínculo desde él a este BLOG de RS3, lo incluiré en unas páginas web que recogen un artículo que vengo preparando acerca del "espejismo de centricidad" que padecemos los humanos. En cuanto esté disponible en Internet, confío que sea en breve, os lo haré saber.
RICO PAR (10/5/09)
"El universo sabía que íbamos a llegar"
por Josep Emili Arias
¿Existe una fuerza vital para que todo el universo se confabule en armonizar la vida y la conciencia?
Visitar Artículo en Portal Web ASTROSAFOR.
RICO PAR: Es cierto que cuando observamos la creación, el universo como un todo: inmensidad, vida, consciencia, creatividad, se despierta un cierto atisbo de que hay en ello una intención, un propósito de que ocurra. Entonces el ser humano, el par mujer-hombre, intentamos explicarlo, y es aquí donde comienzan las paradojas, pues ninguna explicación puede contener ni transmitir la totalidad que significa el flujo creacional incesante.
La religión proyecta creencias no verificables para encontrar el sentido, sustentándose en la fe, que puede ser una forma de autosugestión, de la que el cerebro "cree" sintonizar con la verdad y la realidad. Por otro lado, la religión "te lo da todo hecho". Sólo has de aprender una serie de creencias, y experimentar las sensaciones acerca de la totalidad que a través de ellas se supone que uno ha de experimentar, y parece ser que queda todo claro, aunque en la base las perturbaciones psicológicas continúen. Para ello se ayuda del rito, de la tradición, de ceremonias mecánicas y repetitivas. En esa situación lo que uno hace es meramente copiar en su interior algo que ya le viene dado desde fuera, sin poder descubrir algo nuevo por sí mismo pues se ha de ajustar a eso que se le enseña. Por otro lado la ciencia, de manera muy distinta, basándose en la razón, procura encontrar el sentido en base a lo empírico, a lo que puede demostrarse, la constatación. Utiliza laboratorios e instrumentos en los que ensaya, reproduce, y "exalta", comportamientos del universo físico, comportamientos del propio flujo creacional, lo que proporciona un gran sentido de zambullirse en el propio comportamiento de la creación. En esta comprensión del universo material la ciencia acumula conocimiento, que sucediéndose en las generaciones, permite avanzar a partir de él a descubrir cosas que todavía no conocíamos. Pero para poder estar en la "cresta de la ola" de lo que todo ese conocimiento implica y descubre, se precisa, cada vez en mayor medida, una importante cantidad de tiempo para estudiarlo, comprenderlo y aprehenderlo, y aún así uno no puede abarcarlo todo, de ahí la especialización, que es una incisión en la totalidad.. Siempre topamos con la incompletitud del conocimiento. Es cierto que la ciencia abre un campo de revelación por su importante concordancia con la realidad, aunque el que experimenta a través de la religión afirma sentir lo mismo, sin embargo, ambas, ciencia y religión, colindan por lo limitado, no abrazan la totalidad. Las dos persiguen, aunque en base a premisas muy distintas, "capturar" lo desconocido, la primigenia fuente de donde la creación fluye, y como siempre topan con la limitación que implica todo conocimiento, pareciera que es entonces la metafísica la que procurara trascender esa restricción. Pero la metafísica continúa siendo pensamiento.
Podríamos, desde luego, prescindir de esta palabra, pues con ella pretendemos poner de relieve algo en este apunte que a cada paso se hace más confuso, aún la ciencia y la axiomatización que pudiéramos desplegar. La vida y la consciencia, como procesos o cualidades culminantes en la creación, no están separadas de la misma creación. Todo ello es un movimiento unísono; universo, vida y consciencia, está aconteciendo en el mismo instante aunque su manifestación pueda parecer gradual. No en vano creación es ordenación y aprendizaje, y nueva ordenación a partir de lo aprendido descubriendo lo nuevo, esta es la constante, con una única dirección, continuo cambio tendiendo siempre a lo nuevo. Ahora bien, hemos de comprender claramente que la creación significa flujo, en el que lo aparentemente estático es algo puramente funcional, para que las cosas se puedan organizar, pero la base es movimiento, cambio. Al mismo tiempo creación significa carencia de centro, no existe ninguno en ella. Aún cuando en la creación podamos apreciar infinidad de "nodos" que como ahora lo vemos y sentimos nos aparentan centricidad; estrellas, galaxias, árboles, seres humanos, moléculas, partículas…. en realidad todos esos nodos configuracionales existen por la relacionalidad subyacente y manifiesta en el todo, lo que los convierte en las partes constituyentes de la totalidad. Una totalidad que no tiene centro ni ella misma es centricidad. De ahí el gran error de las religiones que postulan un centro denominándolo "el creador". El flujo creacional ocurre en el ahora, la totalidad está siendo creada ahora, y ello ocurre sin ninguna "entidad" que lo esté haciendo, proyectando o dirigiendo. Cómo podría reducirse esa incapturabilidad absoluta que es el flujo creacional en su desbordante caudal a una palabra, a un nombre, a un símbolo o a un sentimiento. Acontece por el propio fin de estar aconteciendo y nosotros jamás podremos responder por qué lo hace. Únicamente podemos maravillarnos por ese misterio. Solo la centricidad percibe lejanía, separación, ausencia, pues ella es excluyente. La centricidad es un subproducto, en el mejor de los casos algo meramente funcional, y en el peor una sombra, surgida en el cerebro del par mujer-hombre a causa de nuestra ignorancia, y tomada como la verdad tal como ahora hacemos, la centricidad es la causante de que vivamos atrapados en el conflicto y en el dolor, alejados de la inteligente creatividad creacional, y no sintamos que organización material, universo, vida, consciencia, son algo unísono que se encuentra implícito como un "propósito" en el flujo creacional. La sensación de "intención" es muy real cuando uno ve la extraordinaria organización y complejidad que significan la vida y la consciencia, pero explicar la primigenia fuente únicamente a partir de ese atisbo de intención, no permite ir más allá del misterio. Por cierto, única cosa en la que religión y ciencia se ponen de acuerdo, el MISTERIO de la PRIMIGENIA FUENTE del flujo creacional al cual arribamos siempre desde cualquier investigación que procura comprender la totalidad.
RICO PAR (14/5/09)
Metafísica
Definición y significado por Eugenio Máximo Tait:
En síntesis, si tenemos una cuestión por delante a descifrar si es o no metafísica, sólo bastará para reconocerla si es posible medirla o no. Por ejemplo, si un objeto dado posee la factibilidad de acotarlo por mensuras, éste no lo será. Si otro caso es el de un ente que es tal que podemos verbalizarlo, hablarlo, etcétera, estamos de alguna manera también cuantificándolo por medio de la cantidad de información que contiene el enunciado y, por lo tanto, no es metafísico tampoco. Pero si hay algo que cobra una inexpresabilidad notoria, absoluta, floreciente, del tipo de aquellas que no se tiene duda de su inefabilidad y que le es propia para poder conceptualizarla el hacernos entrar en un círculo vicioso, paradójico muchas veces, que se presta a un sin número de opiniones y discusiones tales que pone en evidencia que personas inteligentes y cultas no pueden hallar el sustento de su explicación para el análisis, tal cual esta cuestión se pone en evidencia por sí misma que es metafísica.
El representante oriental Krishnamurti deja bien en claro lo siguiente:
«.Cuanto más pensamos acerca de un problema, cuanto más lo investigamos, analizamos y discutimos, tanto más complejo se vuelve. […]»
«. […] Cuando deseo comprender, examinar algo, no tengo que pensar en ello: lo miro. En ese momento en que me pongo a pensar, a tener ideas, opiniones al respecto, ya me hallo en un estado de distracción, desviada la atención de aquello que debo comprender. […]»
Dentro de estos conceptos, y como sabemos que la metafísica se encuentra fuera del tiempo y espacio del mundo del synolon, esto es, del material y del formal, no se encuadra por tanto dentro de las leyes de la causa-efecto de dicho synolon; o sea, ni dentro de la causalidad material ni la implicancia formal.
Insistiendo entonces en el resumen expuesto, diremos que se entenderá por metafísica a la filosofía que propone las cuestiones fuera del tiempo, del espacio, de la causalidad y de su entropía; o bien, en su transcripción lingüista más aceptable, a la ciencia que estudia los fenómenos físicos en el dominio de la velocidad y del gradiente: "física de la física". Consistirá en una especie de física de lo trascendente y que aquí, en esta obra, se asumirá su singular trascendentalidad.
Proviene del Capítulo 2
Referencia Krishnamurti indicada en la misma obra: KRISHNAMURTI, Jiddu: La libertad primera y última (1958), trad. por Arturo Orzábal Quintana, 11ed., Bs. As., Sudamericana, 1983, cap. XVI.
Fragmentación y miedo
La Atemporalidad
En el ser humano, el par mujer-hombre, surge de forma innata, natural, la inquietud de comprender la creación, de sentirnos sintonizados con su primigenio significado. Pareciera que al percibir el sufrir y el final de la vida propia fuera eso que lo motivara, hacerse preguntas, mas la alegría del vivir, la libertad, la comprensión y el descubrimiento, están implícitos en esa curiosidad indisociable que nos alimenta. Pero nosotros, el ser humano, el par mujer-hombre, despertando a la consciencia, somos producto de la propia creación, somos ella misma, y esto se nos pasa por alto. De hecho, precisamos sentirnos sintonizados con ella puesto que ahora nos sentimos separados.
Lo biológico, lo físico, son los rudimentos para producir la multiplicidad y la multirrelacionalidad que de la multiplicidad se desprende. Del universo material se crea la psique. Se precisa del organismo para que la psique ocurra, la psique que de lo biológico se crea. Es esta psique la que se interroga acerca de la creación y de ella misma. Y el acto de hacerlo y "darse cuenta" de que lo está haciendo, preguntarse, la psique lo experimenta como conciencia.
Existiendo el anhelo, el requerimiento, que ya es admitir una carencia, de comprender la creación, y sentir la psique y la creación como un único campo sintonizado, cuestión imprescindible para comenzar a entender la ignorancia, se hace evidente que debemos en primer término comprender claramente qué es la psique y lo que significa, pues es desde ella que nuestros planteamientos están surgiendo.
Así, si pudiéramos definir una auténtica y verdadera metafísica, con «las cuestiones fuera del tiempo, del espacio, de la causalidad y de su entropía», (como lo define Eugenio Máximo en su texto), bien claras y profundamente concordantes con la verdad, esto tal vez podríamos comenzar a hacerlo, partiendo del hecho de que la psique ahora se encuentra fragmentada, a causa del miedo, inherente en lo biológico, pero proyectado a lo psíquico a través del ego-céntrico, la sombra que proyecta el espejismo de centricidad. Sin comprender con claridad la fragmentación que el cúmulo psíquico promueve y es en sí mismo, la mente no puede fluir en la atemporalidad.
RICO PAR (17/5/2009)
Conocimiento y fragmentación
Fragmento del diálogo 1 entre
J. Krishnamurti, David Bohm y David Shainberg,
procedente del libro:
"LA TOTALIDAD DE LA VIDA" de J. Krishnamurti.
…/…
Krishnamurti: … Ambos, el Dr. Bohm y yo, decimos que el conocimiento tiene su lugar.
Shainberg: Investiguemos eso.
K: Es como el conducir un automóvil, aprender un idioma, etcétera.
Bohm: Si guiamos un automóvil usando el conocimiento, eso no es fragmentario.
K: No, pero cuando el conocimiento se usa psicológicamente…
B: Uno debería ver con más claridad cual es la diferencia. El automóvil en sí mismo –tal como yo veo esto–, es una parte limitada que el conocimiento puede manejar.
S: Es una limitada parte de la vida.
B: De la vida, sí. Cuando decimos, yo soy fulano de tal, entendemos por ello la totalidad de uno. Por lo tanto, estamos aplicando la parte al todo. Tratamos de abarcar la totalidad por medio de la parte…
K: Cuando el conocimiento presupone que comprende la totalidad…
B: …pero eso es a menudo muy engañoso, porque yo no admito explícitamente que comprendo la totalidad, pero ello está implícito al decir yo, o todo es así.
K: Correcto, correcto.
B: Ello da a entender que la totalidad es eso, ya lo ve. La totalidad de mí, la totalidad de la vida, la totalidad del mundo.
S: Como Krishnaji decía acerca de no conocer jamás a una persona –así es como nos las habemos con nosotros mismos. Uno dice que conoce esto y aquello de sí mismo, en vez de hallarse abierto al hombre nuevo, o siquiera estar atento a la fragmentación.
B: Si hablo acerca de usted, yo no debería decir que lo conozco todo, porque usted no es una parte limitada como una máquina. Vea, la máquina es totalmente limitada y usted puede conocerlo todo acerca de ella, o en todo caso la mayor parte. A veces ella se descompone.
K: Correcto, correcto.
B: Pero cuando se trata de otra persona, eso está inmensamente más allá de lo que uno podría realmente conocer. La experiencia pasada no le revela a uno la esencia.
K: ¿Dice usted, Dr. Bohm, que cuando el conocimiento se desborda dentro del campo psicológico…?
B: Bueno, también en otro campo al que yo generalmente llamo "lo total". A veces se derrama dentro del campo filosófico y entonces trata de convertirlo en metafísico, a todo el universo.
K: Eso es puramente teórico y para mí personalmente no tiene sentido.
B: Quiero decir que algunas personas sienten que cuando están discutiendo acerca de la metafísica de todo el universo, ello no es algo psicológico. Probablemente lo es, pero algunas personas pueden sentir que están elaborando una teoría del universo y no discutiendo de psicología. Es simplemente una cuestión de lenguaje.
K: Lenguaje, de acuerdo.
S: Lo que usted está diciendo puede extenderse a las personas. Ellas tienen una metafísica acerca de otras personas. Yo sé que no puedo confiar en ninguna otra persona.
K: Por supuesto.
B: Usted tiene una metafísica acerca de sí mismo al decir que yo soy una persona tal o cual.
S: Correcto. Yo tengo una metafísica de que en la vida no hay esperanza y que debo depender de estas cosas.
K: No, todo cuanto usted puede ver es que estamos fragmentados. Eso es un hecho. Y yo me doy cuenta de esas fragmentaciones, hay una clara percepción de que la mente se halla fragmentada a causa del conflicto.
S: Eso es cierto.
B: Usted decía antes que nuestro enfoque ha de basarse en el hecho de que no nos damos cuenta de la mente fragmentada precisamente debido al conflicto.
K: Sí, correcto.
B: ¿Estamos llegando a eso?
K: Llegando, sí. Yo dije: ¿Cuál es el origen de este conflicto? Obviamente, el origen es la fragmentación. ¿Qué es lo que produce la fragmentación? ¿Cuál es la causa? ¿Qué hay detrás de ello? Dijimos que tal vez fuera el conocimiento.
S: El conocimiento.
K: El conocimiento. Uno emplea el conocimiento psicológicamente, piensa que se conoce a sí mismo, cuando en realidad no es así porque uno está cambiando, se halla en movimiento. O bien usa uno el conocimiento para su propia satisfacción –para obtener posición, éxito, para llegar a ser un hombre importante en el mundo. "Soy un gran erudito" –digo. He leído un millón de libros; esto me brinda una posición, me da prestigio, status. ¿Es, entonces, que la fragmentación tiene lugar cuando existe el deseo de seguridad, de seguridad psicológica, lo cual impide la seguridad biológica?

J. KRISHNAMURTI - LA TOTALIDAD DE LA VIDA
Título original en inglés: THE WHOLENESS OF LIVE
Traducción de Armando Clavier Diseño de la portada Julio Vivas
© Krishnamurti Foundation Trust Ltd, London 1973.
© Editora y Distribuidora Hispano Americana, S.A. (EDHASA), Barcelona 1980.
Parte I: Siete Diálogos. Conversaciones entre Krishnamurti, el Dr. David Bohm, Profesor de Física Teórica en el Birkbeck College, Universidad de Londres, y el Dr. David Shainberg, Psiquiatra de Nueva York.
Parte II: Extracto de lo substancial de las pláticas públicas dadas en Ojai, California; Saanen, Suiza; y Brockwood Park, Inglaterra, durante 1977.
Biblioteca-web libros de Jiddu Krishnamurti
en formato de archivo .zip descargables, en la dirección:
http://www.uv.es/gonzalbo/betania/krishnamurti_biblio.htm
De la Metafísica al Holismo, a lo Holístico.
¿No es la causa de todas estas preguntas que nos hacemos, el hecho de que ahora vemos y sentimos de forma borrosa, y peor todavía, de manera ilusa e irreal?
Algunas lagunas de dilucidación y comprensión se producen, pero hemos de insistir; el adiestramiento es tan intenso y constante, que toda la dificultad con la que nos encontramos proviene de la instauración del cúmulo psíquico. Este compendio de registros, se encuentra proyectando, prácticamente de continuo, la sensación egocéntrica, un mero espejismo, y el cerebro la está tomando como una realidad substancial al universo, a la creación. No debe extrañar entonces, que se haga tan complejo hablar de lo que es una mente holística, ya que ésta jamás podrá ser vivenciada, mientras el espejismo de centricidad se encuentre operante.
RICO PAR (10/7/09)

"Las células cerebrales y el estado holístico", (fragmento)
… / …
Par: Usted dijo: "En el instante de la experiencia, no hay ‘yo’".
Krishnamurti: No se trata de ‘lo que dije yo’. Es así.
Par: ¿Es ése el impulso básico?
Pupul: No. En realidad, el problema viene a ser éste: Nosotros decimos que es así; sin embargo, eso no da una respuesta de por qué el ‘yo’ se ha vuelto tan poderoso. Usted todavía no ha contestado la pregunta; aun cuando en el instante de la crisis no exista el ‘yo’, no exista la totalidad del pasado.
K: ¡Ese es el punto! En el instante de crisis, no hay nada.
P: ¿Por qué está usted negando al ‘yo’ como espejo de todo el pasado racial?
K: Lo niego por que puede que ello sea meramente un medio de comunicación.
P: ¿Es tan simple como eso? ¿Es la estructura del ‘yo’ tan simple como eso?
K: Considero que es extraordinariamente simple. Lo que es mucho más interesante y exige mucha atención, es que cada vez que surge el pensamiento, comienza la disipación de energía. Por lo tanto, me pregunto: ¿Es posible vivir en ese nivel de intensidad? En el instante en que aparece el ‘yo’, hay disipación. Si usted excluyera el ‘yo’ y yo excluyera el ‘yo’, entonces tendríamos una verdadera relación.
FW: Usted dijo que en el instante que interviene el pensamiento, hay disipación de energía. Pero en el instante en que interviene el ‘yo’, también hay disipación de energía. ¿Cuál es la diferencia?
K: El pensamiento es memoria, experiencia, todo eso.
FW: Uno tiene que utilizarlo en su vida.
DS: Y eso es lo que estamos haciendo en este momento. Yo encuentro que cuando digo 'disipación de energía', inmediatamente me veo a mí mismo asumiendo la posición de observador que dice: "Esto está mal". Lo que sugiero es que uno puede estar neutralmente atento. Hay una crisis y una disipación, crisis disipación… Ese es el fluir de la existencia.
K: No.
P: Lo que K plantea es que ocurre eso, pero que la transformación de la que estamos hablando, consiste en negar eso.
DS: Yo cuestiono que sea de algún modo posible salirse de esto. Pienso que recordamos la intensidad de energía que hubo en la crisis, y después decimos que nos gustaría sostener esa energía todo el tiempo. ¿Usted lo hace?
K: No.
DS: Entonces ¿por qué formula la pregunta?
K: Formulo la pregunta expresamente, debido a que el pensamiento interfiere.
DS: No todo el tiempo.
K: No. Todo el tiempo. Cuestiónelo, señor. En el momento en que usted tiene una crisis, no hay pasado ni presente; sólo ese momento. No existe el tiempo en esa crisis. En el instante en que introduce el tiempo, comienza la disipación. Aténgase a eso por el momento.
A: Está la crisis. Luego, hay disipación y después identificación.
P: En el momento de la crisis suceden muchas cosas. Usted habla de una posición holística en el instante de la crisis. Hasta llegar a eso, uno tiene que investigarlo muy profundamente en sí mismo a fin de saber qué es esa cosa.
K: Vea, Pupul, lo holístico implica una mente y un cuerpo muy sanos, una clara capacidad de pensar, y también significa santo (holy), sagrado. Todo ello está involucrado en la palabra ‘holístico’. Ahora pregunto: ¿Existe una energía que no se disipe jamás, de la cual necesitamos extraer cuanto somos? Cuando esa energía no es holística, hay disipación. Un modo de vida holístico es aquel en que no hay disipación de energía. La disipación de energía implica una manera de vivir no-holística.
P: ¿Cuál es, para las células cerebrales, la relación entre lo holístico y lo no holístico?
K: No hay relación con las células cerebrales. Considerémoslo. Quiero que quede bien claro que comprendemos el significado de esa palabra ‘holístico’. Ella significa completo, significa totalidad, no hay ‘yo’. Lo otro es el movimiento del pensar, del pasado, del tiempo; ésa es nuestra vida, nuestra vida cotidiana, y esa vida es recompensa y castigo y la continua búsqueda de satisfacción.

Fragmento del capítulo "LAS CÉLULAS CEREBRALES Y EL ESTADO HOLÍSTICO" del libro "MÁS ALLÁ DEL PENSAMIENTO" de J. Krishnamurti. Krishnamurti Foundation Trust Ltd. Londres, 1979.
Título del original en inglés: EXPLORATION INTO INSIGHT. Traducción de Armando Clavier. EDHASA, 1982, Barcelona. Diseño de la portada: Julio Vivas.
La necesidad "metafísica" que tenemos los humanos, el par mujer-hombre, es la de mutar nuestro cerebro a sintonizar con una mente holística, estado del cual, el propio significado creacional en el flujo del ahora impregna en su totalidad el completo cerebro y todas sus extensiones, redundando todo ello en un "campo de sincronicidad participativa interrelacional multidimensional sensitiva", en la que lo que existe, lo que se encuentra fluyendo, es magnificencia, orden y belleza, primigenio sentido creacional, y un gozo y alegría inocentes, en el que discurre un misterioso Amor desconocido que Él en sí mismo es su propio sentido.
RICO PAR (17/5/09)
 
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