El Mirlo
CONCIENCIA
Artículo 4 de 8
El nodo-anímico, denominado "el ser".
Configurado para fluir
No existen recetas para despertar la inteligencia. Ni técnica, ni maestría. La inteligencia únicamente tiene una oportunidad de emerger, cuando el cerebro comprende claramente qué es esa profunda cualidad creacional. La completa creación está surgiendo de ella, de la inteligencia. Se hace evidente, que cuando uno escucha esta última declaración rápidamente se pregunta ¿cómo es entonces que los humanos vivimos en el desorden "anímico", que a todas luces es carencia de inteligencia? ¿No será que lo caótico forma parte de lo creacional y que nosotros los humanos no podemos eximirnos del desorden? Sintiéndose uno desordenado por dentro, (el ego-céntrico sufre), ¿no será precisamente el ego-céntrico que proyecta el desorden en la creación como substancial a ella, sin verdaderamente existir? Aquí se presentan dos importantes cuestiones. La primera interrogarse por el sentido

Composición con graffiti urbano. Autor: ¿TINECLO?. Foto: calle: ABD EL-KADER, Barcelona, 30/10/08.
de tal inimaginable evento-suceso, la creación, ¿tanto esmero por aprender, tanta energía dedicada a ello, tanta filigrana de creatividad, para culminar en un ser que sufre? ¿Tanta prodigiosidad creacional culminando en la carencia de inteligencia, precisamente la cualidad substancial que a la creación le permite florecer? Si la respuesta a esto fuera afirmativa, pareciera un aberrante sin sentido, ¿no es así? ¿Creación para el dolor? Indudablemente, lo que ahora impide sintonizar con el verdadero significado, es el estado egolátrico de los contenidos del cerebro, que proyectan esta creación dirigida por un "superser cruel" que crea subseres igualmente crueles. Aún cuando a ese superser le atribuimos la cualidad del amor, y esto aún sin saber qué significa verdaderamente amor. Una auténtica falacia. Ahora bien, si admitimos que somos nosotros que nos encontramos en un error, que estamos carentes de inteligencia, dominados por la ignorancia, entonces podremos comenzar a dilucidar en las causas que nos llevan a encontrarnos así de encadenados a un vivir de fuerza y tensión tendiendo siempre a la destrucción, pasando por la explotación y el miedo. ¿Qué sentido puede tener este inmenso evento-suceso que denominamos creación, que no sea esa ilusión en la que nos hemos quedado atrapados?
Hacia la Libertad
Y lo primero que nos deberemos plantear es el auténtico significado de libertad. En lo físico estamos condicionados. La naturaleza ha desarrollado un estricto guión al que debemos ajustarnos. Uno puede fácilmente imaginar un organismo que no precisara de alimento y de salud, pero al rato de imaginar deberá alimentarse y procurar mantener la salud. El nodo-anímico, el ser "psico-físico-biológico" resultante de la ordenación "inteligente" de innumerables relaciones y variadas fuerzas multidimensionales no se puede eximir de "permanecer" en esa interrelacionalidad que lo configura. ¿Pero el problema del sufrimiento proviene realmente de lo llamado material? Ya que quien en realidad está sufriendo es la psique, al disociarse de la inteligencia, por identificación y "posesión" del ego-céntrico, recuerdos emocionales ya no existentes. Un estado psíquico de carencia de libertad, de restricción de la mente, que es en donde auténticamente discurre la libertad, es precisamente un estado de disociación de la libertad, la cual es la única que puede sintonizar el nodo-anímico con la auténtica y única totalidad del que se está formando. El nodo-anímico, un movimiento psíquico en estado de flujo, atrapado, encadenado, a un cúmulo psíquico, recuerdos emocionales retenidos. ¿Puede el cerebro en estas condiciones preguntarse lo que es la libertad? Y ¿puede la mente comprender la indisociable relación que hay entre creación y libertad? El nodo-anímico siente, tiende a la inteligencia natural, a la vivencia de totalidad. El ego-céntrico piensa, recuerda, es un ancla al parcial y muerto pasado, tiende a la ignorancia de la totalidad. ¿Podemos entonces hablar de conciencia si el cerebro no se está dando cuenta de todo este completo suceso aconteciendo en las sombras de la creación?
RICO PAR (Diciembre 8, 2009)
En busca de la conciencia
¿Conciencia? Más allá de la inconsciencia.
¿Queremos un nuevo mundo? ¿Estamos verdaderamente seguros de que no sólo lo precisamos a tenor de nuestras continuas crisis, sino que además emerge en nosotros un profundo anhelo por discurrir en lo nuevo que jamás hemos hecho? En matemática y en ciencia somos capaces de dejar de lado aquello que averiguamos es falso, ¿por qué no ocurre lo mismo con nuestra psique y nuestras relaciones humanas? Porque hacer un nuevo mundo, que como es obvio debe ocurrir en el ahora, (a pesar de que ciertos cambios organizativos requieran de tiempo), implica la capacidad de abandonar completamente lo que nos mantiene en el error inconsciente, de otra forma lo nuevo no tiene posibilidad ninguna de emerger. Esto significa que el mito, la creencia, debe dejar de existir para que el cerebro, la percepción, pueda abrirse sin condición a su nuevo estado de descubrimiento. Esto se hace evidente por sí mismo. Si uno requiere esa comunión imprescindible con la totalidad creacional ha de deshacerse del equipaje sobrante, de lo que no es necesario y más aún, de lo que es contraproducente. Sin abrir el candado que ahora mantiene la primigenia libertad innata del nodo-anímico "estrangulada", no hay forma de que el cerebro pueda sintonizar con la mente, y de ahí con la vastedad incapturable. Ya que ese candado lo que está protegiendo cerradamente es la configuración egocéntrica formada por la retención del tiempo emocional. El ego-céntrico que para paliar el propio estado de miedo que él mismo significa inventa mitologías a las que se aferra como si de verdades se tratara. Esta adhesión inconsciente la hace en el nivel psíquico, pero a su vez la proyecta a esa primigenia fuente que el nodo-anímico intuye es de donde la totalidad está emergiendo, sin darse cuenta entonces, que esa propia "invención" proyectada distorsiona cualquier profunda verdad que la intuición del nodo-anímico le esté revelando a la conciencia.
RICO PAR, (Diciembre 9, 2009)
Un nuevo enfoque: Krishnamurti.
Interlocutor: Puede ser que la fragmentación no esté a nivel consciente como usted dijo: artista, científico, sacerdote. La fragmentación está en el inconsciente.
KRISHNAMURTI: En primer lugar esté absolutamente seguro de que ha descartado lo superficial; de que ya no está
J. Krishnamurti and the Rajghat Education Centre Varanasi, India
atrapado en los diversos enfoques fragmentarios nacionalistas y religiosos de la vida. Esté muy seguro de que ha desechado todo eso por completo; es una de las cosas más difíciles de hacer. Pero vayamos más al fondo de la cuestión.
Interlocutor: Si estas divisiones existen de hecho al nivel consciente, ¿no constituye una fragmentación el descartarlas?
KRISHNAMURTI: Llegaremos a eso. Al examinar el consciente y ver su fragmentación, daremos naturalmente con lo otro. Entonces ambos se reunirán, porque hemos dividido la existencia en lo consciente y lo inconsciente, en lo oculto y lo visible. Ese es el punto de vista psicológico, psicoanalítico. Para mí no hay tal cosa. Yo no divido la vida en consciente e inconsciente. Pero al parecer esa división existe para la mayoría de nosotros. Ahora bien; ¿cómo ha de examinar uno el inconsciente? Usted ha dicho que existe esta división entre el consciente y el inconsciente, y que se puede estar superficialmente libre de las divisiones que la cultura ha producido. ¿Cómo examinará el inconsciente con todas sus fragmentaciones?
Interlocutor: ¿No sería mejor examinar y descubrir si existe un consciente y un inconsciente?
Interlocutor: ¿Cuál es la definición del inconsciente?
KRISHNAMURTI: Al parecer, la definición del inconsciente es: aquello que no conocemos. Pensamos que conocemos la conciencia superficial, pero que no sabemos qué es el inconsciente. Escuchen lo que dijo aquel caballero: nosotros hemos hecho esta división, ¿pero es ella real?
Interlocutor: ¡Si el inconsciente no fuera real, después de una plática en Saanen estaríamos liberados!
KRISHNAMURTI: Están el consciente y el inconsciente. Yo no digo que la división exista, pero eso es lo que hemos aceptado. ¿Conocen ustedes su mente consciente?, ¿lo que piensan, cómo piensan, por qué piensan? ¿Son conscientes de lo que hacen y de lo que no hacen? Piensan que comprenden al consciente, pero podrían no comprenderlo. ¿Cuál es la realidad? ¿De veras conocen al consciente? ¿Conocen el contenido de la mente consciente?
Interlocutor: ¿No es la mente consciente aquello que, por definición,

Libro online
"La Conciencia fragmentada"
Visitar Libro
comprendemos?
KRISHNAMURTI: Usted puede comprender una cosa y puede no comprender otra. Puede comprender una parte del contenido de la conciencia y puede no saber nada acerca de la otra. ¿Conoce usted, pues, el contenido de su mente consciente?
Interlocutor: Si lo conociéramos no habría este caos en el mundo.
KRISHNAMURTI: Por supuesto, es natural.
Interlocutor: Pero no lo conocemos.
KRISHNAMURTI: Esa es la cuestión. Pensamos que lo conocemos. Pensamos que conocemos las operaciones de la mente consciente, pero lo que hay es una serie de hábitos: ir a la oficina, hacer esto o aquello. Y pensamos que comprendemos el contenido de la mente superficial. Pero yo cuestiono eso y, mucho más aún, cuestiono que el inconsciente pueda ser, en modo alguno, investigado por el consciente. Si no conozco el contenido de la consciencia, ¿cómo puedo examinar el contenido del inconsciente? Así es que debe haber un enfoque por completo distinto.
Texto de diálogos acontecidos en Saanen 4 de agosto de 1971. Proviene de la sección SUIZA 1. ¿Qué es la acción? del libro "EL Despertar de la Inteligencia, III" - "La Conciencia fragmentada", de J. Krishnamurti.
Visitar libro online en Web UPASIKA.
El nodo-anímico.
Sensaciones "non stop".
Comenzamos con las sensaciones, de ellas no podemos liberarnos, únicamente recurriendo a la muerte, pues con ella terminan todas las sensaciones. Pero es obvio que si estamos mínimamente sanos queremos vivir todo lo que el organismo pueda. Esto es evidente por sí mismo, ya que el cerebro y sus extensiones, los sentidos, precisamente están surgidos, o mejor expresado, "están surgiendo", para "sentir", y todo sentir es en esencia una sensación. Es así que el vivir es un continuo procesamiento de sensaciones.
El ahora y su acontecer
Ahora bien, la sensación puede entenderse como sentimiento, y de hecho, tanto la sensación como el sentimiento son una "impresión" de las "señales" que absorbemos, pero confundimos lo recibido con nuestra respuesta, cuando en realidad, el contenido difiere de lo recibido de lo envolvente. No en vano el cerebro y los sentidos son impresionados por el infinito flujo de vibraciones que ocurren tanto dentro como fuera del organismo, pero no somos conscientes de la "absorción" completa; sentir es la sensación que vivenciamos en cuanto al flujo en el ahora, que es donde el sentir y la sensación están aconteciendo. No ocurren en ningún otro lugar que no sea el ahora, pues no existe nada fuera del ahora. Así la sensación y el sentimiento son la respuesta interna que vivenciamos de las impresiones que absorbemos en el momento vivo.
¿Conciencia en el recuerdo?
Aquí, en este punto, hemos de atender, poner toda la atención, al hecho de que la primigenia sensación o sentimiento que tenemos de algo, de cualquier cosa, inicialmente, o sea la sensación o el sentimiento primero, emerge libre de ningún recuerdo; evidentemente, pues el acto de sentir una sensación ocurre en el ahora en un acto sin tiempo, ahí no hay recuerdo. El tiempo viene luego a sumarse a la fiesta, aunque de forma tan rápida que al cerebro le es fácil creer que el tiempo ha estado ahí siempre. Así, ese sentir primigenio es algo
Krishnamurti
Ahora bien, esta investigación implica que nos estamos preguntando si hay en el cerebro una zona que no esté contaminada por el pensamiento, que no sea producto de la evolución y que no haya sido tocada por la cultura. Desde la remota antigüedad, el hombre ha utilizado sólo una pequeña zona del cerebro, en la cual ha habido conflicto entre el bien y el mal. Podemos verlo en todas las pinturas, en todos los símbolos y actividades del hombre. Este conflicto entre el bien y el mal, entre “lo que es” y “lo que debería ser”, entre “lo que es” y el ideal, ha producido la cultura cristiana, la hindú, la budista, etcétera. Y esta pequeña zona del cerebro está condicionada por esas culturas. ¿Puede la mente librarse a sí misma de ese condicionamiento, de esa zona limitada, y moverse en un área que no esté controlada por el tiempo, por la causación, por la dirección?
Del boletín "Más allá del pensamiento y del tiempo", Brockwood Park, Inglaterra, 8 de Septiembre de 1974.
Incluido en J. Krishnamurti, Encuentro con la Vida Traducción de Armando Clavier.
EDHASA, 1993 - Barcelona.
vivo, palpitante, el completo ser, el total nodo-anímico, está vibrando en esa "absorción" de la totalidad. No así como hace el ego-céntrico, que activa un recuerdo que es algo parcial y su estado es prácticamente el de algo que está muerto, pues está fijo; el pasado es el recuerdo de una vivencia, que a todas luces no es la vivencia en sí misma. Y la sensación o sentimiento del momento vivo, del acto de vivir, ocurre sin pensamiento ninguno, pero ahora estamos entrenados a no darnos cuenta de esta fundamental diferencia, y sobre todo y todavía peor, creer que la superposición del pasado es la realidad.
La parte se separa de la totalidad
Esto que acabamos de declarar, con más o menos acierto en la utilización de las palabras, es un hecho comprobable por cualquiera. Realmente es muy sencillo si le prestamos toda la atención. Pero en ello es imprescindible para poder captarlo, para tener una percepción completa de cómo eso es así en el momento vivo, darnos cuenta en la forma y en la medida en cómo hemos sido adiestrados a "condimentar" cada sensación o sentimiento que surgen en el fluir de la vida, con nuestro recuerdo de circunstancias parecidas, o con nuestra forma de sentirlo resultante de nuestro agrado o rechazo por ello, ambas cosas pasado. Entonces, el acto vivo, la sensación pura y primigenia del ahora, queda emulsionado, pero sobre todo, soterrado por los contenidos de unos registros archivados que recuperamos a través de la memoria proyectándose como algo vivo y real en el ahora, y que por cierto, en la mayoría de los casos, en el nivel de la vivencia psicológica desde luego, tienen poco que ver, sino nada, con la vivencia que está aconteciendo realmente en el ahora. La totalidad del nodo-anímico ha sido "focalizada", convirtiéndose en una mera parte.
Conciencia del nodo-anímico y del pasado.
Así, "llegado" el punto en el que ese movimiento de superposición del pasado sobre la auténtica vivencia lo percibimos claramente y con total nitidez, lo cual únicamente podemos hacerlo si no lo reprimimos ni juzgamos, ya que la represión o el juicio se convierten en nuevos solapamientos ocultadores, es cuando tenemos oportunidad de darnos cuenta, "despertar conciencia", de cómo por un lado el pasado se devanea por "brincar" hasta el acto vivo, camuflándolo, y por otro percibimos el flujo del ahora, entonces sin verse interferido por ese pasado que quiere tomar protagonismo. Obviamente, pues el mismo acto de atención sobre él, sobre cómo el pasado se mueve e intenta solapar lo vivo, contribuye a que no interfiera en la vivencia, ya que al ser "visto", atendido, al ponerlo de manifiesto, al "vigilarlo", pierde toda su fuerza para insistir en su intento. Únicamente se encuentra "desvelado" y por ello inoperante, la única manera que el nodo-anímico tiene de comprenderlo. Si el pasado, el ego-céntrico toma control del cerebro, la percepción queda oculta y el nodo-anímico experimenta sufrimiento.
Identificación: dos iguales.
Procurando no quedarnos rezagados, hemos de matizar que lo explicado en el párrafo anterior, evidentemente funciona si la atención es "auténtica atención", aquella en la que no hay un centro atendiendo. Pues de lo contrario el cerebro se "identificará" con ese flujo del pensar alimentado por el pasado, y ese mismo acto de identificación, será el solapamiento ocultador que atrofiará toda vivencia en el acto vivo. Suponemos que es una redundancia explicar que el acto del cerebro de "identificarse" significa que se convierte en aquello con lo que se identifica, cosa que la misma palabra "identificarse" indica: reconocer que dos cosas son idénticas.
La nodalidad física
Volviendo entonces al eje del enfoque que ahora procuramos, vemos que la sensación, como ya dijimos, es imposible deshacerse de ella y continuar encontrándonos sanos. O sea, la sensación forma parte indivisible, de hecho es lo mismo, que los sentidos; éstos existen para sentir, y mientras haya vida discurrirán sensaciones en ellos. En el nivel físico esto es muy sencillo, a uno le pinchan con un alfiler, y siente que lo han pinchado a él, no a quien pudiera tener a su lado o a otro cualquiera. Así ocurre con el completo organismo. El cerebro y el cuerpo, sienten una cierta "centricidad", no en vano son un "nodo", y como todo nodo hasta cierto punto significa un centro, aún cuando puede consolidarse como nodal a causa de que está interdependientemente interrelacionado con todas las cosas en y de las que ese nodo se forma, así una cierta sensación céntrica es inevitable. Pero esto es meramente en lo físico, y cuando el cerebro comprende de forma directa la multi-interrelacionalidad en la que se forma el completo organismo, entonces la centricidad física, que es más bien "nodalidad", no tiene demasiada importancia, únicamente a un nivel práctico, para proporcionar las necesidades que el organismo precisa para fluir sanamente. La sensación física de centro, que es una sensación "nodal", no perturba a la psique, y por extensión tampoco a la mente.
La ilusión del ego-céntrico
En todo este compendio de apuntes, ya hemos ido poniendo de relieve para llamar a su atención, las morbosas causas y efectos que se generan del cultivo del centrismo psicológico, pues, pensamos se ha visto claramente por todo aquel que haya atendido a estas perspectivas perceptivas propuestas, y a su vez lo haya "palpado" directamente en el flujo vivo con sus propias "manos de la mente", que el sentimiento de centricidad psicológica es un movimiento enfermizo, y que aquí no es necesario volver a insistir en toda la patología que el espejismo de centricidad involucra, pero hemos de señalarlo en este punto, pues por "contraste", y desde luego por investigación interna, ahora estamos
Krishnamurti
No hay, pues, conciliación posible entre la sociedad con sus exigencias y sus propios requerimientos de libertad. Esos requerimientos provienen de nuestra propia violencia, de nuestro propio limitado y feo egocentrismo. Una de las cosas más complejas es descubrir por nosotros mismos dónde radica esa condición egocéntrica, dónde se oculta muy, muy sutilmente nuestro ego. Puede ocultarse políticamente “haciendo el bien por el país”. Puede ocultarse más bellamente en el mundo religioso: “Yo creo en Dios, yo sirvo a Dios”; o en la ayuda social (y no es que yo esté contra la ayuda social, no salten a esa conclusión, pero puede ocultarse ahí). Se requiere un cerebro muy atento, no analítico sino observador, para ver dónde se ocultan las sutilezas del ego, del egoísmo. Entonces, cuando no hay ego, la sociedad no existe y usted no tiene que adaptarse a ella. Es sólo el cerebro que no advierte esto, el cerebro inatento, el que dice: “¿Cómo he de responder a la sociedad cuando estoy trabajando por la libertad?” ¿Comprende?
Si se me permite señalarlo, nosotros necesitamos reeducarnos no mediante la escuela, o la universidad (que también condicionan el cerebro), no mediante el trabajo en la oficina o en la fábrica. Necesitamos reeducarnos a nosotros mismos estando sensiblemente atentos, viendo cómo nos hallamos presos en las palabras. ¿Podemos hacer esto? Del Boletín 48 (KF), 1985
Fragmento de "Las exigencias de la sociedad", Saanen, Suiza, Julio de 1984.
Incluido en J. Krishnamurti, Encuentro con la Vida Traducción de Armando Clavier.
EDHASA, 1993 - Barcelona.
procurando enfocar el estado de la mente cuando a través de la conciencia al ponerlo de manifiesto puede liberarse de esa terrorífica ilusión del ego-céntrico.
Vivencia versus recuerdo
Ahora bien, cuando nos encontramos en un estado de atención, que significa atender a las sensaciones que se van produciendo en el fluir del ahora, en el flujo vivo, si ya nos encontramos en el punto en el que el pasado no opera, o el cerebro ya ha aprendido claramente a "colocarse" en suspenso frente a él cuando aparece, lo que contribuye a que el cerebro no se vea así magnetizado por el pasado, entonces ahí veremos que la sensación de centro psicológico no existe. Si el cúmulo psíquico no está proyectando sus contenidos, no puede producirse espejismo ninguno. Y también percibiremos que ni tampoco la sensación que el cuerpo físico pudiera sentir de centro se extiende a lo psicológico. Entonces es así que en ese momento, en el que en el cerebro no hay control de ninguna clase, pues el pasado no está operando, aunque sí un flujo de atención y observación del propio flujo vivo, el cerebro ha de estar despierto, descubriremos que es ahí precisamente en el punto en el que el cerebro sintoniza con la mente, donde desvelaremos el auténtico sentido de la mente y cómo de ella están surgiendo todas las cosas que en la creación acontecen. Claro, esto debe ser constatado por "uno mismo", por el nodo-anímico discurriendo en la inteligencia a través del discernimiento. Ha de ser una vivencia directa, no puede ser una reproducción transmitida de pensamiento ni interno ni externo. (19/06/09).
Conciencia en la totalidad o miopía mental en la parte.
Podemos utilizar las palabras buscando la mejor manera para que ellas apunten y expliquen aquello que percibimos que se encuentra discurriendo en un campo mucho más amplio y nada restringido en comparación a cómo el pensamiento mismo se autodelimita. Venimos utilizando el término nodo-anímico, pues además de excluir en él un conglomerado psíquico "permanente", como se esfuerza el ego-céntrico por ser, pone de relevancia por un lado la cierta autonomía que un cerebro-organismo ostenta, y por otro la ineludible interrelación con el todo por la que esta configuración, (como le ocurre a todas las configuraciones), se está generando. Pero quisiéramos incidir más explícitamente en lo que los párrafos anteriores procuran transmitir. Si bien sabemos que somos resultado de esta interrelacionalidad indivisible, el organismo precisa alimento, oxígeno, calor, etc. todo ello corrientes provenientes de la totalidad que se reúnen configurando el nodo-anímico en su aspecto físico, la experiencia que tenemos como "ser" pasa esto desapercibido. Uno "sabe" que se encuentra en interdependencia de todo lo que le rodea, pero no lo siente como algo continuo y palpable a primera vista. Precisa zambullirse en el intelecto y desplegar la lógica de ello. De alguna manera la percepción directa de esa interrelación se ha perdido, ha quedado "escondida", en un muy oculto plano. Esto en el ámbito físico. Pero esta miopía psíquica en relación a lo material, se extiende en el campo mental, sobre todo cuando éste se encuentra sujeto por el pasado emocional "activo", pues entonces la experiencia psíquica es la consabida sensación de centro y separatividad. Si nos planteamos que ni materia ni mente son procesos separados, sino que ocurren al unísono aún cuando podamos revelar su relación, pues al apuntarlos estamos hablando de dos aspectos diferentes de la misma cosa, es cuando podemos poner de relieve que nuestra miopía de la interrelacionalidad se extiende en igual medida a lo mental, por lo cual, eso que llamamos conciencia, que es un proceso en la mente-materia, deba sernos desconocida, pues en estas condiciones de "exclusividad" no hay posibilidad de "inclusividad", que es a todas luces lo que la conciencia ha de proporcionar, discurrir en el "campo" de la totalidad. (7 de diciembre del 2009).
RICO PAR (fechas dentro texto)
 
Nodo
Significados del término
Discernimiento
en La Totalidad de la Vida
de J. Krishnamurti
¿Discernimiento y Mutación?
J. Krishnamurti y David Bohm
 
   
Conciencia, ¿sin
medida o fragmentada?
El nodo-anímico,
denominado "el ser".
Biofísica de
la Conciencia
CONCIENCIA
Artículo 4 de 8
Espacio Descubrimiento y Dilucidación
Esponsoriza y Aloja:
Espejismo de Centricidad - RICO PAR - 2008/09
http://www.tmirlo.com