El Mirlo
DIOS
Artículo 6 de 7
Más allá de Dios, la Eternidad.
Los principios activos del placer, de la seguridad y del miedo.
El conocimiento es un peligro, pues engaña al cerebro, incluso, por científico que él pueda llegar a ser. Aunque obviamente es preferible el conocimiento científico a cualquier otro conocimiento. Esta es la razón por la que en primer lugar ha de acontecer la percepción, y después el conocimiento para poder expresar la percepción si es que se requiere hacerlo. Partiendo de esta premisa, percepción-pensamiento, en este orden, podemos apuntar a eso que llamamos miedo y prestarle atención, precisamente desde la percepción. Veremos, si lo atendemos, que el miedo proviene del animal que no quiere morir, y para conseguirlo, activa el resorte del miedo. Es una acción de huida, tanto sea de movimiento como de quietud. Es una reacción biológica natural y le ayuda a escapar, sobrevivir al peligro. El problema comienza cuando trasladamos el miedo animal al área de lo psicológico, entonces además de quedar atrapados al pasado y en el devenir, en el llegar a ser, este conjunto polar se convierte en un movimiento morboso, pues una psique con miedo es una psique "neurótica". Es así de crudo y sencillo. Pero como la neurosis la tenemos tan domada, educada y disimulada, ponerlo de relieve y verlo claramente no se hace una cuestión urgente, siempre podemos dejarlo para mañana. ¿Y cómo podemos dejar de lado algo tan lacerante en nuestra vida cotidiana como es el miedo y la neurosis? De manera muy sencilla, lo solapamos con la persecución del placer, y en la medida en la que nos lo podemos proporcionar, experimentamos seguridad, y ésta es la que cierra el circuito del autoengaño: "miedo-placer-seguridad". Cuando nos sentimos seguros, nos parece no padecer ningún mal. Aún cuando esa seguridad sea una mera invención inexistente. ¿De dónde proviene la seguridad en un mundo tambaleante, de agresión y poder, coacción y exclusión? Proviene de la negligente imaginación irracional materializada. Creo que un trozo de materia construida me pertenece, y de ahí desprendo seguridad y toda la falacia para conservarlo. El dominio que pueda tener sobre los demás, también me proporcionan seguridad. A pesar de que los demás pueden sobreponérseme. Incluso creo que si entierran mi cuerpo al morir en una "caja" de piedra que igualmente me pertenece, me sentiré mejor en ese "más allá" en el que postulo que continuaré "yo". Las barbaridades en este sentido son escalofriantes desde muy antiguo, la historia las explica, pero se tienen como proezas culturales en lugar de la irracional superstición que significan. En esa seguridad, que a todas luces no lo es, encontramos placer, y el placer lo extendemos a todo lo demás: sexo, dinero, alimento, ropa, casa, trabajo, esposa, hijos, amigos, etc. etc. Las relaciones con los demás, han de proporcionar placer en sus muy diversas categorías. Aquello que no nos proporciona placer, directa o indirectamente, nos hace sentirnos mal y lo colocamos en la "estantería escondida" para que nos quede oculto, prácticamente, como si no existiera. El aburrimiento, por ejemplo, es una forma leve de sentirse mal. En el otro extremo están la ansiedad, el estrés, la depresión, etc. Y el círculo comienza de nuevo: miedo-placer-seguridad. Se repiten insistentemente en todas las actividades y acciones que hemos de realizar en nuestra vida cotidiana. Eso sí, prestar atención realmente a fondo a lo que está ocurriendo en el cerebro, es para los "especialistas", nosotros podemos continuar con el "programa" repetitivo y causante de problemas, la mega-instrucción "yo soy".
Autor foto: RICO PAR 1972 (aprox.). Modelo María Luisa A.R. Color: 1991.
"Eva sucumbiendo a la tentación". ¿Cuál fue la prohibición, el conocimiento o el placer? ¿O es que en cierta manera ambas cosas no se pueden separar? Él los creó, y la trampa les interpuso, dotándolos de curiosidad e imponiéndoles una prohibición.
RICO PAR (Agosto 23, 2009)

Peter Washington: La aproximación a la teosofía da el mayor interés a las discusiones que después de la guerra mantuvo obsesivamente Krishnamurti acerca de la naturaleza del tiempo. En todas sus conferencias públicas y en las charlas privadas, insistía una y otra vez en la importancia decisiva de vivir en el presente, no en el sentido de que debiéramos saborear únicamente el momento fugaz, sino de tal modo que no caigamos prisioneros del pasado. El gran objetivo de la vida de Krishnamurti fue la libertad espiritual y eso sólo se consigue aprendiendo a despojarse de todos los vínculos posesivos, sean cosas, personas o experiencias y deseos. Hay un sentido, creía él, en el cual el pasado no existe, salvo como ilusión, pero es una ilusión muy poderosa. A menos que escapemos de ella no hay posibilidad de desarrollar la visión interna espiritual, porque ésta depende de la clara percepción de las cosas como son, no como han sido o nos hubiera gustado que fueran.
Desde hacía tiempo afirmaba que apenas podía recodar su propio pasado. Ahora desarrolló esa reacción negativa y la convirtió en una doctrina positiva, predicando la necesidad de la liberación psicológica y espiritual mediante la intención resuelta de captar el ahora del momento, lo cual puede empezar a liberar al individuo del vínculo de la historia y el deseo. En términos que recuerdan al misticismo cristiano e hindú, habló de entrar en la Casa de la Muerte –la muerte del pasado– que es también la Casa de la Liberación.
Visto con la perspectiva de hoy, que el propio Krishnamurti hubiera luchado –que luchara todavía– con el deseo, es evidente y así se desprende de sus posteriores charlas, en las cuales se extiende con alguna frecuencia sobre el tema del sexo. En «La urgencia del cambio», por ejemplo, comenta como:
Krishnamurti: El sexo juega un importante papel en nuestras vidas porque quizá sea la única experiencia profunda de primera mano de que disponemos… Ese hecho, por ser tan bello, nos habitúa y por ello nos esclaviza. La esclavitud es la exigencia de su continuación… Uno está tan asediado –intelectualmente, en la familia, en la comunidad, por la moral social, por las sanciones religiosas– que sólo queda esta relación poseedora de libertad e intensidad. Por eso le damos tanta importancia… En la liberación de la mente de las ataduras de la imitación, la autoridad, la conformidad y los mandamientos religiosos, el sexo tiene su propio sitio, pero no debe consumir todo. De aquí uno deduce que la libertad es esencial para el amor.
Párrafos procedenes de la obra:
Imagen derecha: cubierta del libro "EL MANDRIL DE MADAME BLAVATSKY",
Historia de la Teosofía y del gurú occidental. Peter Washington, 1993.
Título original: Madame Blavatsky's Baboon. Traducción: José Luís Fernández-Villanueva.
Colección Oráculo Manual. Ediciones Destino, S.A. 1995.
El fragmento de texto procede del capítulo diecinueve, REGRESO.
¿Existe la Iluminación?
Si arribamos al punto de deshacernos de toda creencia: religiosa, política, egocéntrica… ¿existe algo como eso que llaman iluminación? Debe ser un estado del cerebro que está en sintonía con el flujo creacional, al tiempo que discurre en el discernimiento. No queda trabado en el tiempo, y ninguna imagen lo retiene. Esto aun cuando él utilice imágenes para la vida cotidiana. ¿Puede un cerebro adiestrado a la "orden", a la imitación, a no sentirse responsable de su propio contenido, vivenciar una sincronía tal que lo que ahí fluye es la totalidad? Como sugiere hacerse evidente, el propio cerebro es el que debe comprobar y cuestionar ambos estados, el de confusión por espejismo y el de claridad por iluminación. Si el estado actual de proyección de un espejismo en el cerebro no es visto completamente, ¿cómo puede acontecer un estado en el que predomina la visión clara? Observemos, que el cerebro pasa ahora la mayor parte del tiempo ocupado con el ego-céntrico y sus actividades, todo lo que no entre en ese círculo él lo deja de lado, incluso en muchos casos, pasando la vida completa sin ni siquiera plantearse la ilusión en la que vive. Se hace evidente al mismo tiempo, que un cerebro de esta forma tan perezoso, (acepta lo que se le ha inoculado), le resulte muy cómodo proyectar al dios-padre, él es el responsable de todo, y uno mismo no puede por más que aceptarse tal como "ha sido hecho".
RICO PAR (Agosto 28, 2009)
U.G. Krishnamurti: el terrorista espiritual en el BLOG de Condor. (II).
22 par Martes, Julio 1, 2008 a las 10:36 am
He vuelto a leer todas las notas aquí presentes, y si hay algo que me atrae en todos estos comentarios es que se percibe un denominador común, y es el interés por averiguar qué es eso que llaman iluminación.
Como lo siento, generalmente todos hablamos conociendo sólo partes de algo, y no su totalidad. Esto en mayor medida cuando hablamos de otros. De ahí las “opiniones”, o percepciones diversas y hasta opuestas, tanto verdaderas como en ocasiones falsas. Una vez al usar la palabra creación me asociaron con los católicos, puesto que ellos la utilizan en demasía. Y si utilizamos la palabra iluminación, automáticamente lo asociamos con filosofías orientales. Hay que ir más allá de las palabras, y desde luego utilizarlas con los sentidos que hemos definido sobre ellas por convenio, lo cual implica que sentimos lo mismo a partir de lo que ellas intentan simbolizar cuando nos comunicamos.
Hemos de ir más allá de lo que cualquier otro ser humano diga o haga y comprender por nosotros mismos. Hay que insistir en esto. De hecho uno sólo puede captar, comprender, por sí mismo.
Lo que desearía señalar es que ahora somos el resultado de cómo se nos ha educado, adiestrado, (impunemente en la mayoría de casos, pues uno no podía elegir la forma de hacerlo, la forma de ser educado, ya que más bien hemos sido programados), y nuestra percepción está condicionada por todo ese depósito neurofisiológico acumulado en el cuerpo y en el cerebro. A todo esto, el cuerpo y el cerebro van cambiando, pues nada hay estático en el flujo creacional.
Entonces, rompiendo con todo el lastre heredado, que es dolor y miedo, uno ha de percibir por sí mismo, puesto que cualquiera, de hecho todos, hasta la cosa más diminuta en la creación, surge de la misma base. La creación es una y no está separada. De ahí que cualquier ser humano, por sí mismo, tengamos acceso a dilucidar, discernir, esta energía vasta y profunda en la que la creación fluye de forma eterna. Pero esto implica deshacerse del programa inoculado en el cerebro, y esto es lo arduo. Y una de las cosas que ese programa dice, es que para la captación y percepción de la inteligencia que genera la creación que somos y fluimos, precisamos de que otro nos la revele, craso error del que surgen los rebaños inconscientes y la deplorable jerarquía psíquica en la que vivimos.
De hecho todos y todo estamos conectados a esta energía, mejor dicho somos esta energía, pero la trama del pensamiento con su cultura y herencia, imposición y miedo, es el telón psicosomático que ahora oculta, transfigura, este hecho de “no separación” y unicidad total.
No estoy aleccionando, ni mucho menos, y he de matizar que no siento ningún rechazo por U.G. Krishnamurti. En este Blog se están diciendo muchas cosas ciertas de él, así como de Jiddu Krishnamurti, y de la mengua relación que mantuvieron y lo que pudo significar, pero yo no los compararía. Sí subrayaría el efecto que uno u otro han producido en la mente del ser humano, o sea en nuestra mente, que no está dividida. Y la diferencia es substancial. Aunque en esto esté implícita la comparación.
Y ya no me extiendo más, pero sí quiero destacar con mayúsculas que NO HAY NINGÚN SER HUMANO SUPERIOR A NINGÚN OTO SER HUMANO, de la misma forma que NO LO HAY INFERIOR. La diferencia que ahora se cultiva entre unos y otros es la mera ilusión de la ignorancia, pues tristemente todavía somos primitivos animales que no entienden la gloria creacional y su sentido.
Que la sana libertad y la pura inteligencia os acompañen. Saludos.
Gaffiti Urbano. Autor JENNAHAZE (MOMA).
Foto: 24/8/09: Calle: D’ABD EL-KADER, Barcelona.
Título: ¿? Entendemos aquí: "Salgamos Todos Juntos en la Foto". Ó: "Viviendo en la Lata de Sardinas". Ponga el lector su propio título.


Susanaga Weeraperuma: Un joven y atrevido periodista le lanzó la siguiente pregunta personal: «¿Se considera usted un ser completamente iluminado?» K sonrió y repuso: «No tiene ninguna importancia el hecho de que yo sea o no iluminado. Lo importante es si se ha preocupado usted por analizar todo aquello de lo que hablo y si considera ciertas mis aseveraciones a la luz de su propio entendimiento. Me lo pregunta usted porque en el fondo busca una certeza. Ese deseo de certeza demuestra que a usted le interesa la seguridad. El espíritu busca perpetuamente la seguridad a través de teorías y explicaciones. Ahora bien, si yo digo, “Soy un iluminado” usted me tomará en serio y rápidamente aceptará cuanto diga. Pero la verdad es que debe averiguar por sí mismo si lo que digo es sensato o no. Nadie puede ayudarlo en eso. Tiene que hacerlo usted solo. Quien habla carece de autoridad. Si usted ha entendido algo profundamente, entonces, la verdad de lo que ha entendido actuará en su vida. La verdad posee su propia autoridad».
Visitar Libro de Susanaga Weeraperuma
"KRISHNAMURTI TAL COMO LE CONOCÍ". Traducción de Celia Filipetto.
Epígrafe "CONFERENCIA DE PRENSA EN COLOMBO"
El "Dios o/y No-Dios" de Bart Kosko.
Se habla mucho de "Inteligencia Artificial", obviamente con ello nos referimos a los ordenadores. Y de nuevo se hace curiosa la presuntuosidad humana, pues sin saber todavía lo que INTELIGENCIA significa, comenzamos a atribuírsela a unas máquinas que por el momento lo único que hacen es hacer sin conciencia ninguna mucho más rápido y con una considerable facilidad, los mecánicos cálculos que a nosotros, en muchos casos, se nos harían prácticamente imposibles. Pero si algo nos han permitido aprender las máquinas, es la "Lógica Borrosa". Es a partir de ellas que el cerebro humano ha comenzado a cuestionar la lógica clásica "bivaluada", blanco-negro, y se ha adentrado en el auténtico mundo de los infinitos grises. A partir de la "subjetividad" que la lógica borrosa procura ordenar, la mente humana se abre a un campo ciertamente amplio, y se puede permitir soltar las amarras que hasta ahora no le dejaban percibir la tremenda inteligencia que hay implícita en la subjetividad de la mente. De hecho es esa "flexibilidad" de la mente la que permite al cerebro discurrir en los hechos.
RICO PAR (Agosto 28, 2009)
En su libro de "Pensamiento Borroso" nos dice el autor:
Bart Kosko: …/…
Así que ¿dónde está Dios en todo esto? Vemos más y más profundamente en la naturaleza, y no hallamos ni rastro de Él. No hay indicios. Dios no está en las matemáticas. Dios no está en los hechos. No le hemos visto ni medido con el microscopio o el telescopio. No parece que esté en el universo observable. Y no parece que haya dejado huellas. No veo sino el fluir constante de lo que sucede, sujeto a la ley física. A corre a no A, y no A corre a ninguna otra cosa. Lo que se puede explicar con Dios se puede explicar sin Él.
Una vez más, la razón parece desembocar en la duda. Está el reto de Hemingway de la selección dedicada al pasado borroso. Nadie a producido una afirmación puramente moral que sea verdadera o falsa. No parece que la moral y el contrato social descansen en la lógica o en los hechos, por borrosos que éstos puedan ser. De la misma manera, no parece que haya indicio alguno de que haya un Dios. Cuanto más descubrimos, más parece que el suelo se hunde bajo nuestros pies. Y de aquí sólo hay un corto paso a preguntarnos por qué hemos de luchar por seguir viviendo y propagar nuestros genes o ideas. Todo parece conducir al nihilismo.
Y quizá todo acabe en el nihilismo. Puede que el mundo no tenga ni significado ni propósito, por lo menos en un sentido que podamos aprehender. Lo que decimos de Dios puede ser sólo, como dijo Pavlov, un reflejo social o, como dijo Spinoza, el temor que la naturaleza inspira o, como dijo Marx, el opio de las masas o, como dijo Freud, nuestro propio padre deificado en un gas cósmico o, como dicen los sociobiólogos, uno de nuestros genes egoístas nada más, uno que favorezca la obediencia ciega a la autoridad.
Sentimos que reconocemos a Dios en el mundo o en nosotros mismos, pero quizá no sea más que una ilusión. Reconocemos, pero no podemos definir. Las redes neuronales de nuestro cerebro hacen eso muy bien. Han evolucionado durante cientos de millones de años para hacerlo, para comparar rápida, incesantemente patrones percibidos y patrones almacenados. Reconocemos rostros, música, estaciones, y poca o ninguna idea tenemos de cómo se define nada de eso. No podemos explicar cómo recordamos un nombre o se responde a una pregunta o se tiene una idea nueva. Lo hacemos, y ya está. Y a lo mejor reconocen un patrón de Dios donde no hay ninguno. No parece que tenga ventaja selectiva alguna, genéticamente hablando, el poder vislumbrar a Dios. Estos vislumbres de Dios o la sensación de que se ha reconocido a Dios aun cuando Él no exista tal y como en la figura (adjunta) reconocemos el cuadrado de Kanizsa aunque no existe.
Las redes neuronales de nuestros ojos y de nuestro cerebro producen y mantienen la ilusión del cuadrado de Kanizsa, con sus falsos límites y su interior brillante. No está en la página. No es un movimiento kantiano o una «cosa en sí misma» que esté más allá de nuestros sentidos o nuestro cerebro. Y nuestros vagos vislumbres de Dios o de Su Sombra o de La Obra de Sus Manos quizá no tengan otra naturaleza, quizá no sean nada más que una ilusión del cableado neuronal de una criatura que evolucionó hace poco y no gran cosa en un planeta cualquiera de una galaxia cualquiera de un universo cualquiera.
Se sigue: energía-información, los infotones, información cuantizada en partículas infinitesimales, las mónadas de Leibniz…
• Figura arriba derecha: Cubierta del libro "PENSAMIENTO BORROSO, la nueva ciencia de la Lógica Borrosa" de Bart Kosko 1993. Diseño de cubierta: Enric Satvé.
Título original en inglés: "FUZZY THINKING, the new science of Fuzzi Logic". Traducción castellana: Juan Pedro Campos. CRÍTICA, Grijalbo Montalbán, S.A. Barcelona 1995.
• Figura inferior izquierda de Gaetano Kanizsa. Visitar Web Bart Kosko.
¿La idea, o el hecho de Dios?
Pregunta: Antes de que pueda conocer a Dios, el hombre tiene que saber qué es Dios. ¿Cómo podrá Ud. presentar al hombre la idea de Dios sin traer a Dios al nivel del hombre?
Krishnamurti: Eso no es posible, señor. Ahora bien, ¿qué es lo que nos impulsa a buscar a Dios, y es real esa búsqueda? Para la mayoría de nosotros, ella es un modo de eludir lo existente. Debemos, pues, aclarar muy bien para nosotros mismos si esta búsqueda de Dios es una escapatoria, o si es la búsqueda de la verdad en todo: en nuestras relaciones, en el valor de las cosas, en las ideas. Si sólo buscamos a Dios porque estamos cansados de este mundo y de sus miserias, se trata de una escapatoria. Entonces creamos un dios, que por lo tanto no es Dios. El dios de los templos, de los libros, no es Dios, evidentemente. Es una maravillosa evasión. Pero si tratamos de encontrar la verdad, no en una serie exclusiva de acciones sino en todas nuestras acciones, ideas y relaciones, si buscamos la verdadera evaluación del alimento, del vestido y del albergue, entonces, siendo nuestra mente capaz de claridad y entendimiento, cuando busquemos la realidad la encontraremos. Entonces no será una evasión. Pero si estamos confusos con respecto a las cosas del mundo: alimento, vestido, albergue, relaciones e ideas, ¿cómo podremos encontrar la realidad? Sólo podemos inventar una “realidad”. De suerte que Dios, la verdad o la realidad, no habrá de ser conocido por una mente que se halla confusa, condicionada, limitada. ¿Cómo puede pensar en la realidad o Dios una mente así? Primero tiene que “descondicionarse”. Tiene que libertarse de sus propias limitaciones, y sólo entonces puede saber qué es Dios; antes no, evidentemente. La realidad es lo desconocido, y aquello que es conocido no es lo real. Así, pues, una mente que desee tiene que liberarse de su propio “condicionamiento”, el cual le es impuesto exterior o interiormente; y mientras la mente engendre discordia, conflicto en la vida de relación, no podrá conocer la realidad. De modo que si uno ha de conocer la realidad, la mente tiene que estar en calma; pero si a la mente se la compele, se la disciplina para que esté tranquila, esa tranquilidad es en sí misma una limitación, mera autohipnosis. La mente sólo llega a ser libre y a estar quieta cuando comprende los valores que la rodean.
Para comprender, pues, aquello que es lo más elevado, lo supremo, lo real, debemos empezar muy bajo, muy cerca; es decir, tenemos que descubrir el valor de las cosas, de las relaciones y de las ideas con las cuales nos ocupamos a diario. Y si no se las comprende, ¿cómo puede la mente buscar la realidad? Puede inventar una “realidad”, puede copiar, puede imitar; y como ha leído tantos libros, puede repetir la experiencia de los demás. Pero eso, por cierto, no es lo real. Para experimentar lo real, la mente debe dejar de crear; porque cualquier cosa creada por ella sigue dentro del cautiverio del tiempo. El problema no consiste en saber si hay o no hay Dios, sino en cómo podrá el hombre descubrir a Dios; y si él en su búsqueda se desprende de todo, inevitablemente encontrará esa realidad. Pero tiene que empezar por lo que está cerca, no por lo que está lejos. Es obvio que para ir lejos hay que empezar cerca. Pero la mayoría de nosotros deseamos especular, lo cual es una escapatoria muy cómoda. Por eso es que las religiones ofrecen tan maravilloso narcótico para la mayoría de la gente. De suerte que la tarea de desenredar la mente de todos los valores que ha creado, es en extremo ardua. Y como nuestra mente está fatigada, o somos perezosos, preferimos leer libros religiosos y especular acerca de Dios; pero eso, a buen seguro, no es el descubrimiento de la realidad. Realizar es “vivenciar”, no imitar. (Julio 4 de 1948).
• Proviene del libro:
"VIVIR DE INSTANTE EN INSTANTE". 7 Conferencias de KRISHNAMURTI.
CONFERENCIAS PRONUNCIADAS EN BANGALORE, EN 1948 Traducción directa del inglés por el Dr. Arturo Orzábal Quintana EDITORIAL ORIÓN,MÉXICO,1983.
Visitar Libro en Web UPASIKA.
Un alumno: ¿Qué es Dios?
KRISHNAMURTI: ¿Quieres realmente obtener una respuesta a esta pregunta? ¿Cómo habrás de descubrirlo? ¿Vas a aceptar la información de alguna otra persona? ¿O tratarás de percibir lo que es Dios? Es fácil hacer preguntas, pero el descubrir requiere buena dosis de inteligencia, mucha indagación y búsqueda.
Ahora bien, lo primero es esto: Visitar Respuesta en krishnamurtij.blogspot..
Interlocutor: Yo quiero cambiar. Veo que soy terriblemente desdichado, estoy deprimido, soy desagradable, violento ¿Puede un ser humano cambiar?

Más allá… la Eternidad.
Esta noche se arremolinan las ideas, de forma tan "potente", con tantas cosas interrelacionadas, que me será muy difícil ponerlas en palabras. Mas lo procuraré con toda mi dedicación para el lector.
Hemos de insistir: somos educados al miedo, a la autoridad, al aislamiento. El más grande al que hay que obedecer, y el más pequeño al que podemos despreciar. Muy reducido, pero en síntesis es así. Luego lo podemos adornar con palabras y razones, pero la base de nuestra psique entiende muy bien eso, ya que lo siente de forma clara en sí misma y en los demás: "el triunfador y el perdedor", inseparables siempre en una única unidad, está en la base de la cultura ególatra.
Pero una mente viviendo en el miedo, no puede por más que debilitarse, y en el proceso experimenta una embriagadora nostalgia, que se proyecta en la añoranza del pasado, pero de forma mucho más real, en la carencia del ahora. ¿Puede ser esa la intención, de un universo creacional, que produce en un ser despertar la conciencia, y que ese ser padezca por lo muerto y por forzar la misma creación a su capricho? ¿Es el sentido de comprender vivir padeciendo? Esta pregunta es fundamental, pero no la debemos contestar, es ella misma que ha de manifestar su significado a medida que pongamos los hechos de relieve.
Nosotros únicamente podemos atender la "carencia del ahora" si atendemos a la vez la procedencia del miedo. El miedo es un mero movimiento de huir, no sólo en lo físico, especialmente en lo psicológico, que es lo que verdaderamente hemos de comprender. Y en el acto de escapar, en realidad lo que estamos haciendo es no querer ver. Tanto es así, que cuando no nos interesa ver la verdad de algo, cosa que hacemos por mero interés propio, no en vano el miedo surgirá de ahí, pues no querer ver es un acto de huir. Nos negamos a ver la carencia, y la solapamos proyectando un deseo-ilusión de futuro, "lugar" en el que lo conseguiremos, y nos negamos a ver, que este acto de ocultación del carecer, se manifiesta como miedo.
Así, atenazados por el miedo, imponiéndonos la venda en los ojos de la mente, no es de extrañar que no veamos de verdad eso de lo que carecemos, y creamos que conseguiremos la felicidad realizando nuestros sueños proyectados a partir de lo que no tenemos. Y cuando de forma más o menos aproximada los realizamos, descubrimos entonces que todavía andamos huecos, y de nuevo proyectamos otro horizonte al que llegar para poder colmar el vacío. Un bucle repetitivo que tiene por función amagar la auténtica carencia que precisamente está haciendo que el miedo, el vacío, la nostalgia, etc. etc. el propio bucle de "lograr, lograr y lograr" se encuentren activamente encarrilando al cerebro, a la mente.
Ponemos todo el empeño
Dios es un concepto con el que medimos nuestro dolor.
Te lo voy a repetir,
Dios es un concepto con el que medimos nuestro dolor.
No creo en la Magia
No creo en el I Ching
No creo en la Biblia
No creo en el Tarot
No creo en Hitler
No creo en Jesús
No creo en Kennedy
No creo en Buda
No creo en el Mantra
No creo en el Yoga
No creo en los Reyes
No creo en Elvis
No creo en Zimmerman
No creo en los Beatles
Sólo creo en mí
En Yoko y en mí
Esa es la realidad.
El sueño se ha acabado
¿Qué puedo decir?
El sueño se ha acabado
Ayer yo era el tejedor de sueños
Pero ahora he vuelto a nacer
Yo era la morsa
pero ahora soy John.
Así pues, queridos amigos,
tenéis que seguir vosotros,
el sueño ha acabado.
- Letra de la canción "GOD",
de John Lennon.
en lo físico, para mantenerlo cuidado, ordenado, desde luego hasta cierto punto, porque también producimos mucho desorden en lo material. Las sociedades modernas; plástico, asfalto y ladrillo, son un buen ejemplo de este relativo orden con las cosas físicas. La sanidad pública es otro ejemplo. Mas en lo psicológico, parte fundamental de cada ser humano, que es un movimiento "vivo", nos limitamos a transcribir órdenes, comandos, unas ristras de concepciones "estáticas" que se sostienen en cierta dosis de lógica, de razón, sobre todo si hablamos de ética o moral, pero que a su vez contienen un buen compendio de superstición, entonces la lógica, la razón, lo cabal y sensato dejan de serlo pues quedan muy enturbiados por tanta imaginación insustancial. Lo psicológico, que es la "sensibilidad de sentir", lo ha de aprender cada uno como pueda, ya que no es difícil ver para cualquiera, que en el fondo todos andamos tambaleándonos anímicamente, en lo ético y en lo moral. (Agosto 28, 2009)
Es muy sencillo observar la profundidad, la inmensidad incapturable que se hace el Universo cuando lo miramos. Esta maravilla creacional de luz, caos, orden, inteligencia, complejidad y vida… Obviamente podríamos seguir, pues cualquier cosa de la que podamos hablar, está aconteciendo en esta superinfinita creación que no se queda quieta nunca. Muy en el fondo, cuando uno la escucha de verdad, puede oír su… (Agosto 29, 2009) su rumor, su zumbido. Incluso, está ahí la constante palpitación del corazón y el continuo insuflo de oxígeno, que ponen de manifiesto la profunda energía inherente en todas las cosas de la que no podemos eximirnos ni evitar que ella fluya a pesar de lo que nosotros "pensemos". Esa vasta energía que despliega la vida, el completo compendio del universo, de la cual surgimos y somos, se está sosteniendo en algo todavía "mucho más grande", algo muchísimo más potente, algo de tal manera inmensurable que obviamente pueda sostener en ello la creación completa. Esa base jamás puede ser alcanzada por ningún pensamiento, por ningún sentimiento, sin embargo, siendo cualquier cosa o ser en la creación resultado de esa inteligencia que aprende continuamente de su propio movimiento, en nuestro caso, en el caso del cerebro humano, éste puede "sintonizar" en esa "vibración" desde cualquier punto de vista inalcanzable, indefinible, que es "LO ETERNO". Este postulado debe comprobarlo uno mismo, de lo contrario, esta declaración es mera imaginación. Ya que "Ello" no es un concepto, una idea, tampoco es una emoción y menos un sentimiento, precisamente cualidades intrínsecas en un cúmulo psíquico, que lo circunscriben en un contorno, pero que además le obligan a mirar continuamente a su propio interior. Y lo que se encuentra cerrado, delimitado, viendo exclusivamente su contenido, no puede de ninguna manera ver lo que le está "envolviendo". (Agosto 30, 2009).
Foto superior izquierda: John Lennon y Yoko Ono.
"LA GUERRA ESTÁ ACABADA", campaña pro "Dale una Oportunidad a la PAZ".
RICO PAR (fechas dentro texto)
¿Devoción?
¿Qué queréis decir con la palabra devoción?
"El amor de lo más elevado; la ofrenda de una flor ante la imagen, el símbolo de Dios. La devoción es absorción completa, es un amor que supera al amor carnal. He estado sentado durante muchas horas seguidas, entregado por completo al amor de Dios. En ese estado no soy nada y no conozco nada; en ese estado toda vida es una unidad. El barrendero y el rey son uno. Es un estado prodigioso. Seguramente que tenéis que conocerlo."
¿Es amor la devoción? ¿Es algo aparte de nuestra existencia cotidiana? ¿Es un acto de sacrificio consagrarse a un objeto, al conocimiento, al servicio o a la acción? ¿Es auto-sacrificio el que vos os perdáis en vuestra devoción? Cuando os habéis identificado por completo con el objeto de vuestra devoción, ¿es eso abnegación de sí mismo? ¿Es ausencia de egoísmo absorveros en un libro, en un cántico, en una idea? ¿Es devoción el adorar una imagen, una persona, un símbolo? ¿Tiene algún símbolo la realidad? ¿Puede representar jamás un símbolo a la verdad? ¿No es estático el símbolo? Y ¿puede representar jamás una cosa estática a aquello que es viviente? ¿Sois vos vuestro retrato?
Del epígrafe DEVOCIÓN Y ADORACIÓN, del libro: COMENTARIOS SOBRE EL VIVIR,
Segunda serie del libro de notas de J. KRISHNAMURTI.
Título original inglés: COMMENTARIES ON LIVING, second series.
Editado or Harpe & Brothers Publishers, N. York.
c Copyright 1958, Sociedad Krishnamurti Writings, Inc. Oaji-California, U.S.A.
2a edición argentina. EDITORIAL KIER S.A. Buenos Aires, 1971.
Lo sutil de lo Eterno
Si uno tiene predisposición mercantil, podría preguntarse cuál es la utilidad de todo esto, de qué sirve lo ilimitado, qué provecho puede el hombre sacar de eso. Siempre deseamos una recompensa. Vivimos a base del principio de premio y castigo, como un perro al que han adiestrado; uno lo premia cuando obedece. Y actuamos de manera bastante similar, en el sentido de que queremos ser recompensados por nuestras acciones, por nuestra obediencia, etcétera. Tal exigencia nace del cerebro limitado. El cerebro es el centro del pensamiento, y el pensamiento es siempre limitado bajo todas las circunstancias. Puede inventar lo teórico, lo extraordinario, lo inmensurable, pero su invención es siempre limitada. Es por eso que uno ha de estar completamente libre de todo el afán y el tráfago de la existencia y de la actividad egocéntrica, para que lo ilimitado sea.
Aquello que es inmensurable no pueden medirlo las palabras. Siempre tratamos de encerrar lo inmensurable en una estructura de palabras, pero el símbolo no es lo real. Y nosotros le rendimos culto al símbolo; por lo tanto, vivimos siempre en un estado de limitación.
De modo que, con las nubes suspendidas sobre las copas de los árboles y con los pájaros silenciosos que aguardan los truenos, ésta es una mañana apropiada para estar serios, para inquirir en toda la existencia, para cuestionar a los dioses mismos y a toda la actividad humana. Nuestras vidas son muy cortas, y durante ese corto periodo no hay nada que aprender acerca del campo total de la psique, que es el movimiento de la memoria. Sólo podemos observarlo. Observar sin movimiento alguno del pensar, observar sin el tiempo, sin el conocimiento pasado, sin el observador, que es la esencia del pasado. Sólo observar. Observar esas nubes que se forman y vuelven a formarse, observar los árboles, los pajarillos. Todo eso es parte de la vida. Cuando uno observa atentamente, diligentemente, no hay nada que aprender; sólo existe ese vasto espacio, ese silencio, ese vacío que es energía devastadora.
Fragmento del texto del día Martes, 19 de abril, 1983,
de "El Último Diario" 1983 - 1984, por J. Krishnamurti.
Visitar Libro online en Web jiddu-krishnamurti.net/es.
Web Oficial del
Profesor Bart Kosko
Visitar Portal
Krishnamurti
El último Diario. 1983 - 1984
(Krishnamurti to Himself)

Visitar Libro Online
"GOD" (Dios)
John Lennon
John Lennon - Plastic Ono Band:

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Pensando
en Dios.
Más allá de Dios,
la Eternidad.
Sólo nos tenemos
a nosotros
DIOS
Artículo 6 de 7
Espacio Descubrimiento y Dilucidación
Esponsoriza y Aloja:
Espejismo de Centricidad - RICO PAR - 2008/09
http://www.tmirlo.com